Es el momento

10 febrero, 2008

Es el momento

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Es el momento.
Es el momento de recordar todo lo que juntos pasamos, lo que vivimos, lo que hemos tenido juntos y lo que hemos compartido.
Ha sido duro, muy duro, tener que decir adios, tener que acabar con lo que había entre los dos. Quedaré como un cabrón y lo se, pero no me queda más remedio, así no íbamos a ninguna parte.
Quien sabe, quizá con el tiempo se pueda volver, una cosa es segura, te quise y te volvería a querer, pero no con lo que luego me demostraste.
He podido ser una persona con la que no es fácil convivir, con la que no es fácil coincidir, pero creo que hice lo posible y lo necesario para que nos fuera bien, aguante bastante más de lo aguantable, trague todos los comentarios de mucha gente que decía que «así no se puede seguir» porque pensaba que lo mejor era seguir juntos.
Pero llego el día, llego el momento de decir «basta», de hacer borrón pero sin cuenta nueva. Y sin cuenta nueva porque la vida cambia, el roce con las personas cambia, y que demonios, hemos tenido un hijo juntos y eso cambia a la gente, le cambia la vida, le cambia la perspectiva.
Aún así, seguiste insistiendo, seguiste llenando el vaso y desbordándolo por todos los rincones posibles, hasta que se desbordo el vaso de emergencia (si, de bueno soy imbécil y para muchas cosas tengo dos vasos de paciencia). Y ahí ya no pude más.
Pero estas líneas no son para reprochar, sino para recordar, para rememorar, para tener presentes, para que no caigan en el olvido… si alguna vez pensaste que no te quería te equivocas, si alguna vez pensaste que te ignoraba, te equivocas, si alguna vez quisiste llorar y te dije que te callaras, era simplemente porque nunca confiaste en mí lo suficiente como para contarme lo que te pasaba.
Dijiste que iba cambiando, que ya no era el mismo… y en eso llevas razón, cada vez me fui apagando hasta que llegó un momento en el que ya no había llama… y esa llama sigue apagada y no se quien, como, cuando o porque volverá a encenderse. Solo se que he cambiado, que todo es diferente, y que jamás volveré a ser el mismo, porque la vida es cambio, para bien o para mal.
Deseo que seas feliz, que encuentres a alguien con quien compartir tu vida, a quien hacer feliz como a mi no me hiciste, que llegue un momento en tu vida que puedas decir «estoy orgullosa de lo que tengo». Yo ahora puedo decirlo, pero solamente en una cuestión: nuestro hijo. Estoy orgulloso de él, quiero verlo crecer y que tu puedas verlo crecer (estamos separados pero eso no quita para que no puedas verle cuando quieras), que se haga grande, que se haga listo, y sobre todo, que viva la vida igual que la viví yo con mi familia, o mejor aún (si eso es posible), que crezca y se desarrolle, que siempre tenga a sus padres presentes (a ti y a mi) y por encima de todo, que sea un niño feliz.
Y es el momento de acabar esta entrada agradeciendote los momentos de felicidad que tuvimos. Fueron pocos, pero si que los hubo. Solamente deseo que todo te salga como esperas, y que sigamos siendo los amigos que fuimos y los padres que debemos ser.